Líneas de un alma abatida en el suelo

By Melz

Ya me han dicho que has pensado en marcharte, puedes irte, ¿Quién soy yo para detenerte? O decirte que te quedes y me esperes hasta que todo se ordene aquí en mi mente, si ni yo mismo se cómo fui capaz de conquistarte. Solo sé que te enamoraste del hombre que conociste, el de la sonrisa grande y la mirada triste, el que te espero en tus noches tristes y el que supo que serias eterna esa noche en la que el cigarro le prendiste. Desde entonces tu ser ha sabido conocer cada rincón de este corazón tan falto de emociones, tú trajiste las sonrisas, el pincel y los colores; y se supone que yo soy el artista, pero si Miguel Ángel apreciara el cuadro que pintaste en mí desearía tener tus dones. ¿Quién conoce mis dolores mejor que tú?, ¿Quién me ha visto caer al suelo sin esperanzas hecho un manojo de nervios envuelto en mis depresiones?, cuando la serotonina me juega una mala pasada y decide irse junto con mis mejores recuerdos de vacaciones. Ahí estas tú, mi amparo, el ángel que extiende sus alas y me abraza como sintiendo mi pena, como si arrastrara estas cadenas, como si quisiera hacer mi dolor suyo. Pelear una guerra ajena.

Andrés Lázaro, Lineas de un alma abatida en el suelo.

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