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By Billi Castillo |
La rendición fue la única vía alterna hacia la calma, con un sabor amargo y sintiéndose humillado se postró ante su adversario que con calma y sabiduría supo esperar el momento. Es un adversario hábil; él lo sabía, es un oponente que no ataca con fuerza, pero sabe donde dar sus golpes, la estrategia es su doctrina y él no uso estrategias; solo se dejó llevar y eso le costó la victoria.
Esta humillado, intranquilo pero muy en el fondo sabe que se dejó vencer, porque este adversario merece todo su respeto y no merecía ser enfrentado con ambigüedades sino más bien con golpes firmes que demuestren su respeto y su honor.
Ya todo esta dado, tres batallas libradas y fueron pérdidas, pero la guerra sigue; tal vez en otra oportunidad se gane, aún queda mucho tramo por recorrer y un millar de cosas que aprender. Por lo pronto solo le queda estudiar sú rival y la estrategia que le de su tan anhelada victoria. ahí en su propia celda.
Andrés Lázaro, La rendición.
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