El juego del olvido
Usted y yo jugamos a no querernos, a apartarnos, a poner barreras
y disfrazar sentimientos, a guardarlo todo y parecer mustios, serenos.
El juego del olvido; el sol ardiente y la
flor intacta, el viento huracanado y la hoja que se resiste, esa es usted, ese
soy yo. Maestros del disimulo cayendo en el engaño mutuo mientras el alma se
revienta de ansiedad.
Lo común nos une, asimismo usted y yo tenemos una amiga que nos
presenta; soledad. Vacía y acogedora hasta que nos encontramos, hasta que la
encontré.
Estamos juntos y nos separa una brecha, yo puedo tocarla, usted
puede tocarme, los dos sentimos las mariposas pero ni nos inmutamos. Eso que
nos une es lo que nos separa, ese vínculo que creamos es lo que nos estorba.
Obligados a indirectas porque la amistad nos atañe, condenados a olvidarnos
entre risas y palabras, entre la formalidad y el respeto para hoy y mañana.
Usted juega a olvidarme mientras yo vivo recordándola, fingiendo
ser buen jugador porque es mejor jugar a olvidarla que no jugar y perderla
aunque a medida que la partida avanza usted está cada vez más lejos y yo cada
vez mas solo.
Andrés Lázaro, El juego del olvido.
Andrés Lázaro, El juego del olvido.
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